DEFINICIÓN:
La nefrectomía consiste en la extirpación quirúrgica de parte de un riñón (nefrectomía parcial), del riñón completo (nefrectomía simple) o del riñón, los ganglios linfáticos adyacentes y la glándula suprarrenal (nefrectomía radical).
DESCRIPCION DE LA INTERVENCIÓN:
En una nefrectomía el cirujano corta los uréteres y los vasos sanguíneos y extrae el riñón. Puede hacerse con cirugía abierta o mediante laparoscopia. La cirugía abierta se realiza a través de una incisión en el costado o en la parte frontal del abdomen, mientras que la cirugía laparoscópica solo requiere de tres o cuatro pequeños cortes en el abdomen y en el costado, por lo que la recuperación es mucho más rápida.
La nefrectomía se realiza bajo anestesia general y suele durar en torno a tres horas. Tras la intervención, los pacientes deben permanecer ingresados entre 2 y 7 días en función de la técnica empleada.
ANTES DE LA INTERVENCIÓN:
El paciente debe someterse a una valoración previa para evaluar su caso y las características concretas de la intervención.
Además, los pacientes deberán someterse a un estudio pre-operatorio que incluye analítica de sangre, electrocardiograma, etc.
Por otra parte, si usted padece alguna enfermedad crónica o toma habitualmente medicamentos, sobre todo anticoagulantes, debe comunicárselo al cirujano antes de la intervención.
DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN:
La recuperación tras una nefrectomía será más larga y dolorosa en los casos de cirugía abierta. No obstante, los pacientes pueden recuperar su vida normal en un plazo de entre 4 y 6 semanas tras la intervención. Durante este periodo se recomienda hacer reposo moderado, evitando los esfuerzos y los movimientos bruscos, llevar una dieta ligera y beber abundantes líquidos, a no ser que su médico le recomiende lo contrario.